02 octubre 2006

Así es. Al final no es para tanto. Al final nunca es para tanto. Al final todas las situaciones se parecen tanto que se hace como tonto preocuparse; se hace como aburrido, como si todo ya hubiera ocurrido antes y se repitiese pesadamente agotando cada previsible segundo que pasa. Agotamiento por Fatiga
Acaba de una vez conmigo nos dice Astrud en su Performance favorito. Y el mío. Acaba con esta pesada vuelta que se cierra para volver a empezar. Acaba acaba acaba acaba acaba acaba

El aburrimiento es ensordecedor. Nublador. Radiactivo y provoca efectos alucinógenos. El aburrimiento te transporta a una nave voladora capsular que circunda el planeta en tiempos ridículos, casi nulos. Se hace fuerte del hueco capaz de tu cerebro invadiendo cada minúscula cavidad con pequeños relativismos sin importancia aparente que tras la invasión se agrupan en maniobra automáticamente programada y constituyen ejércitos de millones de nanosoldados lobotomizados con un único y preciso objetivo: la aniquilación absoluta de todos y cada uno de los embriones de pensamiento salvaje.